jueves, 31 de enero de 2013

Hibernar

La última vez que pasé por aquí todavía era otoño, el apacible otoño de 2012. Pero poco después llegó el invierno, el más largo que recuerdo (y que todavía parece lejos de terminar), y de su mano vino la primera gran nevada, luego la segunda, después el hielo, el aguanieve, el aguahielo, los copos como puños, la lluvia, los menos quince grados, la niebla espesa y toda una serie de fenómenos atmosféricos capaces de acabar con la paciencia de cualquiera.
En vista de la situación, decidí aplicar lo aprendido aquel año en que decidí irme a vivir al norte del norte y entré en estado de hibernación para evitar malgastar energías tontamente. Pese a todo, hubo tiempo para una vuelta a casa fugaz, una última escapada y varios reencuentros de esos que valen la pena y te recuerdan que de todo lo malo se saca algo bueno. Y aunque el invierno sigue empeñado en recordarme por qué no elegiría yo un destino tropical para pasar el 2013, es hora de despertar del letargo y recuperar las cosas donde las dejé. Porque el frio y la adversidad climatológica jamás deberían ser una excusa para dejar de cumplir sueños y objetivos, y si no que se lo digan a ella, que se fue a cumplir los suyos nada más y nada menos que a un paso de la Antártida....

1 comentario:

  1. La ultima vez que pasaste por aqui era invierno...ya es primavera...que pasa, sigues sumergido en la nieve? :-P

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